Hay ciudadanos que están tan ocupados pidiéndo que cambien a sus políticos, que no tienen tiempo de cambiarse a sí mismos.
Hay religiosos que están tan ocupados atacando a las doctrinas contrarias, que no se dan tiempo de vivir cómo Dios manda.
Para cambiar al mundo, primero necesitamos cambiarnos a nosotros mismos.
No esperes a que un presidente, un santo o un demonio te venga a solucionar tus problemas. Si tú no cambias, nada cambia.
La fórmula es sencilla: TEN UN DESEO + TOMA ACCIÓN = OBTEN UN RESULTADO
Sé el cambio que deseas ver en el mundo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario