La Gran Mentira

La humanidad por más y más advertencias que Dios le da para vivir una vida de paz y armonía, esta se ha dejado manipular una y otra vez por las mentiras de Satanás. 

Es la misma mentira que ha usado El Adversario desde que hizo caer al Hombre: “Hazlo, no pasa nada.” 

A Eva le dijo: “Come del fruto prohibido, no pasa nada.” 

Hoy en día ese “No pasa nada” sigue haciendo caer a cuanta persona que no tenga control propio sobre su persona.
  • El narcotraficante dice: Haz drogas, no pasa nada.
  • El borracho dice: Bebe alcohol, no pasa nada.
  • El vengativo dice: Págale con la misma moneda, no pasa nada.
  • El mentiroso dice: Invéntale una mentira piadosa, no pasa nada.
  • El promiscuo dice: Tengamos mucho sexo, no pasa nada.
  • El asesino dice: Mátalo, no pasa nada.
  • El ladrón dice: Puedes robar, no pasa nada.
  • El homosexual dice: Ten relaciones con personas de tu mismo sexo, no pasa nada.
  • El flojo dice: Dejaré mis obligaciones para otro día, no pasa nada.

Y así sucesivamente, la lista de los “No pasa nada” no termina. 

Definitivamente le doy la razón a Dios de aquél día que se arrepintió de haber creado al hombre. Pero es tan grande su amor, que siempre termina por darnos una nueva oportunidad de reivindicarnos. Pero siempre terminamos por volverle a fallar. Su amor debe ser extremadamente inmenso para tolerar tanta maldad en la humanidad y aun así estar dispuesto a perdonar a quién tenga el valor de arrepentirse y seguir el ejemplo de Jesús.

Escrito Por: Carlos D' Ortíz

Se Nos Murió El Amor

Se terminó el amor, es una triste realidad. Me duele en lo más profundo, pero no se pudo más.

Esa promesa que hicimos ante Dios de estar siempre juntos, en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad y amarnos y respetarnos por el resto de nuestras vidas, ha quedado en el olvido cómo si fuera una tontería.

Ese hermoso par de retoños, esos que llevan nuestra sangre, ahora ellos están sufriendo los errores de sus padres.

Un día alguien me dijo una gran verdad, un hombre a una mujer la encuentra a la vuelta de la esquina; de la misma forma la mujer también encuentra a un hombre. Pero un hijo, nunca encontrará a un padre a la vuelta de la esquina.

Perder la comunicación entre pareja es el principio del fin. Callar las cosas cuando las tienes que decir y gritarlas cuando las debes de callar, provoca que el amor lentamente llegue a su final.


Se nos murió el amor, no lo supimos cuidar y cuando nos dimos cuenta, ya nada se pudo evitar.