Bienaventurado

Bienaventurado me sentí aquél día que nuestras miradas se cruzaron por primera vez.
Entonces una extraña sensación comenzó lentamente a apoderarse de mi ser.
Sí le dijera que usted era lo que yo andaba buscando...
Sí le dijera que usted es la chica que soñé...
Yo, sinceramente le mentiría, porqué yo en usted no buscaba, y sin embargo todo lo encontré. 

Pero viene usted, y el simple hecho de saber de su existencia viene a cambiarme todos mis planes.
En ellos no se contemplaba la idea de enamorarme.
Pero usted ha llegado así cómo si nada.
Con esa sonrisa que no logro arrancar de mis pensamientos.
Imposible no querer mirarla todas las mañanas al despertar. 
Todas las noches antes de dormir.
Es su sonrisa la razón por la que sueño despierto cada día.
Por la que oro diaramente al Creador para que usted sea mía.









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