Después
de tu partida todas las noches solía
soñar con volvernos a encontrar en el futuro, tal vez no en esta
vida, quizás en otra vida futura, en otros tiempos y en otros
cuerpos para continuar con nuestra historia.
Consciente
de mis errores creí que si la vida volviera a juntar nuestros
caminos, esta vez no volvería a ser tan inmaduro y pondría todo de
mi parte para que en esta ocasión nuestra historia tuviera un final
feliz. Sobretodo por qué en esta vida ya no es posible, tú ya has
cambiado tu destino y lamentablemente yo no soy el protagonista de tu
nueva historia de amor.
¿Recuerdas
aquella vez cuando nuestras miradas se cruzaron por primera vez?
Ambos creímos ser nuestra alma gemela. Hechos el uno para el otro.
Pues según algunas teorías extranjeras aseguran que todos tenemos
un alma gemela con la cual compartiremos parte de nuestra vida, pero
no sólo en esta vida, sino en muchas vidas reencarnadas, ya sean
vidas futuras o pasadas.
Sin
embargo, aquel sueño de volvernos a encontrar en una vida futura
para enmendar todas mis inmadureces de esta vida, hoy he decidido
dejarlo atrás. No se me hace justo vivir sin vivir la vida por
esperar una nueva vida, cuando tú ya has decidido sacarme de tu
vida.
Hoy
he decidido perdonarme por todos mis errores del pasado. Hoy soy
libre de la culpa que me atormentaba y al mismo tiempo me ilusionaba
con volver a verte, aunque sea en otra vida. No sé si tú ya me has
perdonado, pero yo si, ya me perdoné. Por que me amo y quiero volver
a amar, igual o quizás más intensamente de como lo hice contigo.
Si
de todo lo que hice el día de ayer ya no puedo remediar nada, y ni
siquiera sé si el día de mañana voy a estar vivo, ¿que me hace
pensar que voy a vivir una nueva vida y voy a recuperar todo mi
pasado y a garantizarme un futuro feliz a tu lado?
Hoy
me libero de mi pasado y de mi futuro por que quiero vivir... Vivir
el momento presente, es lo único que tengo asegurado en esta vida.
La
vida es muy corta cómo para preocuparme por saber si viví en los
tiempos de La Inquisición, si fui soldado romano o esclavo en los
tiempos de la abolición; o cómo para preocuparme por saber si
reencarnaré dentro de un siglo, un milenio o dos.
Hoy
soy libre de aquel sentimiento de culpa. De ese, mi infierno
interior. De ese llorar y rechinar de dientes de mi alma, de ese
fuego que calcinaba fuertemente en mi interior.
Gracias
a Dios soy libre, por qué de todos mis errores, hoy me he otorgado a
mí mismo el perdón.
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