Cinismo

 A veces no sé que me duele mas, si tu infidelidad o mi estupidéz al creer en tu cinismo cuando mentías para hacerme creer que los rumores de la gente eran falsos, cuando la verdadera falsedad eras tú.

 Con el solo hecho de recordar tus frases favoritas de cinismo vuelve a mi boca el sabor del Vitriolo.

 Me duele recordar cuando tú indignada reclamabas mis reclamos y llorando me decías frases como: ¿Acaso le crees mas a la gente que a mí? ¿De verdad crees eso de mí? ¿Si de verdad me amas, por que dudas de mí y le crees mas a la gente? ¿Crees que te voy a hacer eso a ti, a quien amo con todo mi corazón? ¡Yo no sé que va a pasar con nuestro amor si tú le sigues creyendo mas a la gente que a mí!

¡Vaya, cuanto cinismo! Digno de un Oscar a la mejor actuación de cinismo.

Incluso, al final yo terminaba pidiéndote perdón por dudar de ti; pues finalmente la ofendida eras tú. ¡Qué tonto fui!

Ahora que por fin pude abrir los ojos a la razón de verdad no puedo entender como pude creer todas tus mentiras. Dicen que cuando a una persona la están engañando, todo mundo lo sabe, excepto el engañado, era mi caso. Y cuando me empezaron a llegar los rumores, me resistía a creer lo que la gente me decía.

—¡Si él me reclama algo, yo lo voy a negar todo. Ni modo que él le crea mas a la gente que a mí, que yo soy su esposa!— Era lo que solías decirle a los que te aconsejaban que te comportaras como lo que eras, una mujer casada. Y sí, tenías razón, siempre creí en tu cinismo.

Pero gracias a Dios ya pude abrir los ojos a la verdad, sin embargo, la amargura aun no la he podido arrancar de mi ser. Espero en el nombre de Dios que un día pueda perdonar todas tus fechorías y perdonarme a mí mismo cuan estúpido fui al creer en todas tu mentiras.

Necesito perdonarte y necesito perdonarme, no porque tú te lo merezcas, sino porque yo me merezco estar libre de toda la basura que has dejado en mi vida.

¡Vaya, cuanto tu cinismo! ¡Vaya, cuanta mi estupidéz! Pero... ¿Sabes qué? ¡Lo voy a superar!

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